Tres colores son los protagonistas de mi pintura, el verde de las hojas en primavera, el ocre del otoño, y el azul del mar y del cielo.
Pueden parecer paisajes silenciosos, pero yo imagino en cada pincelada el sutil ruido de las ramas movidas por el viento, el roce de la brisa entre los árboles, el corretear de las hojas secas en el campo, o el relajante sonido del vaivén de las olas del mar.
Cada papel que pego es un murmullo, un movimiento, un suspiro, una lágrima o una sonrisa. Los sobrepongo, como sobreponemos emociones, momentos, ahora toca uno triste, luego otro alegre. El verde está asociado a emociones positivas, me transmite tranquilidad, el ocre es creatividad y equilibrio, el amarillo aporta una nota de optimismo y alegría y el azul se asocia a la amistad y fidelidad. Mi búsqueda personal va dirigida a estos elementos, que puede parecer que los tengo, pero si no los tengo los sueño.